Los abusos podrían haberse cometido con la connivencia del Ministerio de Salud guatemalteco. También que debe ser provechoso para la sociedad, justificado, y debe evitar sufrimiento innecesario, entre otras cosas. Fueron experimentos con seres humanos en los cuales médicos, generalmente estadounidenses, infectaron mediante inoculación directa y sin consentimiento ni conocimiento de las víctimas -ciudadanos guatemaltecos, entre ellos soldados, reos, pacientes psiquiátricos con sífilis y otras enfermedades venéreas como gonorrea, para comprobar la efectividad de nuevos fármacos antibióticos como la penicilina y otros tratamientos.[1]​. Entonces, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió disculpas a su homólogo guatemalteco por unos hechos que, de acuerdo al comité encargado de estudiar los casos en EE.UU., representan una "injusticia histórica, claramente contra la ética y los valores" de ese país. Queda prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio o procedimiento sin autorización previa, expresa y por escrito del editor. Las víctimas de los ensayos de EE UU en Guatemala en los años cuarenta todavía sufren los efectos de la sífilis que les inocularon - Nadie les advirtió, nadie les curó. Pues bien, de todo esto hemos hablado directamente con Henry Saint Dahl. Según concluyó la citada comisión tras una investigación de nueve meses los experimentos -dirigidos por el Dr. John C. Cutler e iniciados por la Oficina Sanitaria Panamericana y el Laboratorio de Investigación de Enfermedades Venéreas, organismo dependiente del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos- tuvieron lugar concretamente entre julio de 1946 y diciembre de 1948. Al comprobarse que eran muy pocos los hombres que se habían contagiado, se pasó a la inoculación directa, inyectando la bacteria de la sífilis en el pene, el brazo o la espalda de las víctimas. Como era de esperar la asunción de lo acaecido y la petición pública de perdón no les parece suficiente a los supervivientes afectados o a los descendientes de los fallecidos que han recurrido por ello a los servicios de dos bufetes estadounidenses con la intención de demandar a la Administración. Utilizamos cookies necesarias para el funcionamiento de Discovery DSalud. Aunque esta comisión presentará su informe definitivo en octubre, Mejía adelantó a BBC Mundo que ya "hay suficiente evidencia para concluir que hubo colaboración entre las autoridades estadounidenses y guatemaltecas" a la hora de realizar las pruebas. -Bueno, que ambos experimentos se hicieran tan seguidos no puede ser casualidad. Y de hecho ya se contemplaba entonces pero una prohibición genérica es distinta a la orden que un juez puede dar al Departamento de Salud Pública de que se abstenga en el futuro de realizar acciones semejantes. -Seamos claros: en esa época -mucho más que ahora- quienes estudiaban Medicina pertenecían normalmente a determinada categoría social. No parecieron darse por enterados del Código de ética médica de Nuremberg, elaborado tras los juicios. Lo que hay pues que conseguir sobre todo es que esto no pueda volver a pasar. A afectadas directas que aún viven y a otras que son descendientes directas de quienes fueron utilizadas en el experimento. Cuando se inicia el estudio en 1932 la sífilis no tiene un tratamiento eficaz. Les dijeron que tenían “mala sangre” y que recibirían tratamiento gratuito, algo inalcanzable para aquellos hombres. El vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada, le dijo por su parte a la BBC que su gobierno ofrecería disculpas públicas al pueblo de Guatemala por la participación de médicos nacionales en el programa, financiado por EE.UU. en Guatemala en los años cuarenta todavía sufren los efectos de la sífilis que les inocularon - Nadie les advirtió, nadie les curó. "Se realizó en un contexto en el que ellos mismos (Estados Unidos) estaban juzgando a los doctores alemanes que habían estado haciendo experimentos de tifus y malaria con prisioneros de guerra. Este post va sobre el Experimento Tuskegee, pero antes permítanme una introducción pertinente. A mayor gloria de la ciencia se estuvo investigando en Tuskegee desde 1932 hasta 1972. La Navidad es un ritual a Moloch el devorador de Niños, Efectos de la marihuana en la biología humana. Aunque han pasado más de seis décadas desde entonces, Guatemala aún está padeciendo las consecuencias de los experimentos. En un comunicado, la Fundación Rockefeller dijo que los estudios son "moralmente repugnantes" y añadió que el gobierno estadounidense debe indemnizar a las víctimas y sus familias. Los textos e imágenes que aparecen en esta web están protegidos por la Ley de Propiedad Intelectual. No hay datos precisos sobre las identidades de las víctimas ni, lo más importante, un cuadro clínico completo de éstas, aunque sí hay algunas referencias personales de los pacientes y alusiones médicas que permiten determinar que hubo al menos una persona fallecida por un ataque epiléptico durante la experimentación. Marta Orellana, una guatemalteca de 74 años, asegura haber padecido constantes experimentos cuando, con 9 años, se encontraba en el hospicio nacional para huérfanos de Ciudad de Guatemala. Porque el experimento de Guatemala fue una continuación del ya tristemente célebre estudio de la “sífilis no tratada” -también conocido como Estudio de la Sífilis de Tuskegee– realizado por el Servicio de Salud Pública estadounidense en Alabama en el que cerca de 400 afroamericanos enfermos de sífilis fueron dejados sin tratamiento casi 30 años para poder observar el progreso de las infecciones; un caso en el que también el Dr. Cutler estuvo implicado. Se desconoce el número de víctimas sobrevivientes que podría haber en la actualidad. (CIF B82745712). José Elías, Guatemala, 26/3/2011, http://lahora.com.gt/notas.php?key=74152&fch=2010-10-01, U.S. apologizes for newly revealed syphilis experiments done in Guatemala, 1/10/2010, US Government’s Human Experimentation Apology: They’re Only Sorry They Were Caught 1/10/2010, Steve Watson,en prisonplante.com, "Fueron los experimentos del diablo". A Tuskegee  no les debió llegar ninguna copia,  ya que el estudio se alarga sin sentido durante años. Más de 750 personas interpusieron una demanda contra la Corporación Johns Hopkins Hospital System por su participación en una serie de experimentos médicos realizados en Guatemala en las décadas de 1940 y 1950 en los que los sujetos fueron intencionalmente infectados con enfermedades venéreas sin su consentimiento. [4]​, Los Estados Unidos acotaron que en la actualidad, los reglamentos que gobiernan la investigación médica en seres humanos financiada por ese país prohíben terminantemente este tipo de violaciones atroces y se afirmó que se está realizando una profunda investigación al respecto, “estamos iniciando una minuciosa investigación con respecto a los detalles de este caso de 1946… A medida que avanzamos para comprender mejor este atroz suceso, reiteramos la importancia de nuestra relación con Guatemala y nuestro respeto por su pueblo, así como nuestro compromiso con las normas éticas más exigentes en la investigación médica”, según un comunicado oficial del gobierno estadounidense. Al menos 83 de los guatemaltecos que participaron en los experimentos murieron antes de 1953. Trump insiste, los expertos lo niegan, Guatemala frena nueva caravana de migrantes. En todo caso el padecimiento de esas personas no se resarce con dinero. En Guatemala, la opinión pública ha considerado los hechos como un crimen de lesa humanidad. Por separado, se solicitó a la Comisión Presidencial para el Estudio de Cuestiones Bioéticas que convocara un panel de expertos internacionales para revisar el estado actual de la investigación médica en humanos en todo el mundo y garantizar que tales incidentes no puedan repetirse. Eso podría explicar que aceptaran…. Precisamente, la información respecto al experimento en Guatemala, se descubrió en los archivos del caso Tuskegee. Los activistas de los derechos humanos han pedido que se indemnice a las familias de las personas que fueron utilizadas como ratones de laboratorio. Sin embargo, según el informe “ninguno de tales principios y requisitos fueron respetados en los experimentos de Guatemala a pesar de que varios de ellos -si no todos- eran bien conocidos por los investigadores en aquel momento. De acuerdo con la presidenta de la comisión de investigación en Washington, Amy Gutmann, los doctores involucrados en aquellos estudios "ni siquiera mostraron un respeto mínimo por los derechos humanos y la moral". Se llama especismo y habla igual de mal de nosotros que lo hace de Tuskegee. Hopkins proporcionó conejos sifilíticos que fueron utilizados para inyectar sífilis a individuos". Y añadía “¿Cómo es posible que hiciesen dejación del principio básico del Código Deontológico en aras de la investigación?”.